El árbol Pistacia vera, de donde provienen los pistachos, mide de 6 a 10 metros de altura y puede producir durante más de 100 años. De crecimiento lento, tarda de 7 a 10 años en alcanzar su potencial de producción y solo los árboles femeninos producen los frutos de cáscara dura que contienen la semilla de pistacho. Crecen en grupos, al igual que las uvas, y son originarios de Asia Central. En este sentido, se adaptan a zonas de clima cálido y seco, con veranos largos e inviernos fríos. Su vendimia se realiza de forma manual, normalmente a finales de verano o principios de otoño. Cuando los frutos están maduros, se sacuden de los árboles y se recogen del suelo.
El sabor de los pistachos ha ganado protagonismo en muchos platos, tanto dulces como salados. Se puede agregar a helados, pudines, ensaladas, bocadillos, pastas, chocolates y galletas, y el grano se puede comer tostado como un refrigerio saludable. Los estudios indican que su composición nutricional es rica en proteínas, fibra, minerales y vitaminas, así como antioxidantes que ayudan a prevenir enfermedades cardíacas, diabetes, obesidad y envejecimiento prematuro.
Además, los pistachos están clasificados como una de las semillas más caras del mundo. Este índice se debe a un consumo superior a su producción, especialmente en países como Brasil, que, por el momento, solo importa el producto. Entre los mayores productores mundiales de la semilla se encuentran: Estados Unidos, Irán, Turquía, China y Siria.
|